Marcela Cubillos
El Partido Comunista, que donde gobierna anula la libertad de prensa, quiere convencer a los chilenos que ahora les preocupa la democracia.
“Créase una Comisión Asesora contra la Desinformación”, se lee en el decreto firmado por la ministra Camila Vallejo. Y no es fake. El Partido Comunista se autopercibe como el guardián de la verdad.
Este nuevo órgano abordará, entre otras materias, “la desinformación en plataformas digitales”. ¿Será El Siglo, diario digital del PC, el modelo que tienen en mente? La capacidad de la extrema izquierda para el uso de eufemismos es de alto impacto. Bajo la figura de “combate a la desinformación” pretenden decidir ellos cuál es la verdad.
Con el pretexto de enfrentar las mentiras, solo se busca que quien tenga el poder pueda cancelar y silenciar al que piensa distinto. Es más fácil ganar elecciones con una oposición muda o gobernar acusando de mentir a cualquiera que se atreva a cuestionarlos.
Los países democráticos optan por la libertad de expresión para no darle a un comité de burócratas o a una “generación moralmente superior” el poder de definir qué se puede y no se puede decir.
La coalición que apoyó el fraude de Rojas Vade pretende dar lecciones sobre desinformación. El Partido Comunista, que donde gobierna anula la libertad de prensa, quiere convencer a los chilenos que ahora les preocupa la democracia. Los mismos que califican de “descriterio” el desfalco de sus ONG; que llaman violencia rural al terrorismo en La Araucanía; que señalaban con desparpajo haber contactado a las clínicas privadas en busca de camas cuando todo era mentira; que acusaban de “cherry picking” a quienes alertaban del aumento de delincuencia; que decían que precio justo era lo mismo que valor de mercado para engañar a la gente; que multaron en la Convención a Arturo Zúñiga por decirle “comunista” a un convencional del Partido Comunista…no pueden tener el poder de decidir qué se dice y qué no se dice a través de plataformas digitales. Ni ellos ni nadie. Debe primar la libertad de expresión, sin censura previa, y la responsabilidad cuando se cometen delitos de injuria o calumnia.
Esta Comisión contra la Desinformación estará integrada, entre otros, por “tres representantes de una ONG”, dice el decreto. ¿De Democracia Viva? ¿O de otra que se esté ya creando al efecto? La presidirá la ministra de Ciencia, y su secretaría técnica quedará a cargo de la Segegob de Camila Vallejo. Llamarla Ministerio de la Verdad y que la presidiera una ministra comunista podría haber sido un exceso. Mejor disfrazar la censura de algo científico. Se ve más serio.
El Presidente Boric cuida su voto duro. Mientras tiene al subsecretario Monsalve intentando gobernar, él y sus amigos se dedican a lo que les gusta: avanzar en su agenda política. Ahora por decreto.
Les da lo mismo si la ciudadanía los apoya o no. Esta estrategia ya la implementaron antes. El Frente Amplio y el PC, enquistado en el Mineduc durante el segundo gobierno de Bachelet, sacaron adelante su reforma para combatir los colegios particulares subvencionados, aumentar la burocracia en las escuelas, castigar el esfuerzo personal. El fracaso ya comprobado de esas políticas no les importa. Ellos tuvieron éxito. “Avanzaron”. Pudieron decir: “seguimos”. A costa de miles de niños y jóvenes.
Por eso no basta derrotarlos en las urnas. Es necesario combatir sin descanso su agenda fracasada que asfixia la democracia. Sin prensa libre ni libertad de expresión, imposible. Lo saben ellos. El decreto es solo el inicio de una estrategia bien urdida.
Fuente: https://www.elmercurio.com/blogs/2023/06/25/108482/la-censura-avanza-por-decreto.aspx
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