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Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Pensando cómo interpretar lo ocurrido el 4 de septiembre y las posteriores reacciones suscitadas en el mundo político tanto por el arrasador como inesperado triunfo del rechazo, sin duda que se me vinieron a la mente las famosas fabulas de Esopo, quien fuera un escritor griego y quien escribiera uno de los géneros más antiguos de la literatura universal: la fábula, un tipo de relato breve protagonizado por animales personificados, cuya finalidad didáctica se explica en una moraleja final.

Sin duda que el enorme caudal de votos recibidos por la opción rechazo es un botín muy apetecido por los políticos que optaron por esa opción, casi todos con el propósito de conseguir tergiversar su resultado para sus propios intereses. Es el caso de una conocida senadora que trabaja sin tregua por convertirse en líder de una agonizante como vieja tienda política y así asegurarse la posibilidad de cumplir sus ambiciones presidenciales.

El queso llamado rechazo es rico y sabroso, es el producto de la vitrina política más codiciado y aquí es donde encontré la famosa fábula de Esopo para ejemplificar lo que está ocurriendo.

La fábula cuenta cómo una zorra astuta roba un queso que previamente había sido robado por un cuervo (ese queso fue fabricado por la izquierda extrema con el fin de venderlo engañosamente a los todos animales de la selva y no pudo hacerlo, quedando con muy pocos interesados) El cuervo estaba en la rama de un árbol fuera del alcance de la zorra, por lo que ésta empieza a halagarlo. Termina convenciéndole para que cante, dejando caer el trozo de queso que tenía en el pico.

La moraleja es: Quien te encuentra bellezas que no tienes, siempre busca quitarte algunos bienes.

Pues bien la senadora astutamente está haciendo cantar a los amarillos, todos antiguos partidarios o militantes de la veterana concertación, para que en dicha interpretación vocal se le reconozca el enorme aporte que hizo esta astuta senadora al triunfo del Rechazo y por cierto que apurándose, ya presentó un proyecto de reforma constitucional para cambiar el artículo 142 y eliminar la continuidad de la actual constitución y seguir en un proceso constituyente. O sea, al cuervo dueño del resultado que es el queso donde en unos de sus agujeros están los amarillos por abrir el pico para cantar, la zorra astuta quiere adueñarse del resultado amañando el significado que tuvo y engañar al 62% que representa el cuervo, quien sin duda le arrebató el queso en paz, sin violencia al gobierno de su pobre alacena cuidada por varios ratones que no superaron el 37%

Le cantaran alabanzas sin duda y han visto que el cuervo no suelta el queso habiendo otros zorros que con hambre han visto y confundido el queso con un parrón con jugosos racimos y han querido saltar para coger unos pocos con cansador empeño, mas no han podido coger ninguno. Entonces astutamente, para hacer tiempo, han dicho “están verdes, vamos a esperar un tiempo” Otra fabula que explica que si se quiere un objetivo hay que esperar, perseverar y perfeccionar la estrategia. Así parece que han razonado otros zorros interesados en poder sacar su tajadita del famoso queso o del lindo racimo.

Hay que mirar con optimismo pero sin menor preocupación lo que está pasando en esta selva política. Lo claro es que hay unos carroñeros que no trepidan en estar en cuanto medio de comunicación existe para seguir con la monserga que utilizan para confundir y engañar. Se han visto últimamente 4 zorrillos intentando ser notorios en la propuesta inconstitucional de cambiar el artículo 142 de la constitución y vulnerar la ley 21.200 que determinó claramente las reglas del juego en el plebiscito de salida.

Seguramente tendrán claro estos hambrientos animales las consecuencias que tiene vulnerar las reglas del ecosistema. Si ellas cambian es posible que muchos desaparezcan porque sus hábitats serán ocupados por animales más robustos y sanos, sin los vicios que terminaron matando la convivencia.

No hay que desmayar e impedir que se siga cocinando en el congreso el mayor engaño político conocido en la historia.

Diga ¡Basta! con fuerza y espantemos a los zorros hambrientos.

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