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Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


Siguiendo los pasos reconocidos por el director de programación de CNN internacional en que reconoce manipular la información para someter por el miedo y la desconfianza a la población en el tratamiento comunicacional de la pandemia y subir y mantener el rating, la Red, un pobre canal nacional, hace lo propio con un programa llamado "entrevista de verdad”

Partamos primero por establecer algunos criterios.

La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas o la filosofía. Es en esta última disciplina del conocimiento, donde la verdad tiene su seno más relevante ya que desde Platón a nuestros días ha sido motivo de análisis y discusión por los más diversos y sólidos intelectuales.

En el siglo XVII el pensador francés René Descartes introdujo la duda hiperbólica, que significa utilizar la duda como método para alcanzar la verdad, pero luego de ciertas reflexiones  llegó al argumento del cogito, «cogito ergo sum», que significa «pienso, luego existo»

Entonces, la única verdad indiscutible para Descartes era que un individuo existía, independientemente de si soñaba o no, de si era engañado o no, ya que todo esto requería como base alguien que sueñe o sea engañado.

A partir del siglo XVIII y XIX, filósofos del idealismo alemán expusieron algunas consideraciones del concepto de verdad. Para Immanuel Kant, la verdad era la adecuación del conocimiento con el objeto; por otro lado, Friedrich Hegel consideraba como verdadero lo absoluto.

En este contexto nos encontramos entonces con la mentira, que no es otra cosa que el postulado erróneo que realiza un individuo o grupo con el fin de engañar o lograr alguna ventaja. Este concepto está estrechamente ligado a la idea de verdad, porque es a través de la mentira que se oculta la verdad total o parcial sobre algún asunto.

Uno de los principales medios para transmitir una mentira son las palabras: un individuo utiliza el lenguaje para comunicar a otro una información errada. La mentira utilizada en perjuicio de un tercero es condenada en todos los cánones éticos y morales que rigen las sociedades civilizadas. Son ejemplos de mentiras las calumnias, las falacias, la difamación y los engaños.

Pues bien planteadas las consideraciones expuestas, el programa "Entrevista de verdad" carece de toda seriedad profesional, juega con los valores más sagrados de la comunicación como son la credibilidad, la ética y la moral. Tanto el entrevistado, disfrazado de General de Ejército, como la comediante periodista hacen un papel lamentable. Han intentado quitar la honra y el honor al Ejército de Chile en una actitud amparada por la cobardía de los ejecutivos de la estación televisiva. No han trepidado en sembrar un odio irrefrenable contra una de las Instituciones baluarte de nuestras glorias patrias, lanzando mediante una falsa entrevista injuriosos conceptos y utilizando un lenguaje y actitud deplorable en la mentada performance periodística. Un General, con el uniforme un par de tallas más grande, una gorra de tamaño superior al diámetro de la cabeza y una periodista que, con cara de circunstancia, expresaba en su rostro horror y tragedia frente a la descripción que realizaba el falso general.

Un montaje de deshonra al Ejercito sin precedentes, que se suma a las calumnias que por casi 50 años ha lanzado el comunismo nacional e internacional que aún no se recupera del glorioso 11 de Septiembre del 73, en que el pueblo unido a sus FF.AA. derrocaron el totalitarismo marxista.

Hoy caminamos por la senda de la destrucción valórica e institucional, donde un gobierno pusilánime ha abierto las puertas al descontrol de la violencia subversiva y de la violencia verbal, como la que da motivo a esta columna donde una vez más, utilizando de mala manera el derecho a la libre expresión se vulnera el Estado de Derecho de una Nación completa.

Por su parte, el Ejército ha manifestado su molestia en un frágil como torpe comunicado, firmado por el Secretario General de la Institución.

Hasta cuando señores militares emplean una estrategia comunicacional tan reñida con el honor desprestigiado. La fuerza también se emplea en tiempos de paz y eso se hace con la presencia de todo su generalato haciendo público el reclamo institucional y no dirigiéndose a un pelele ejecutivo de un modesto canal con una carta. Es el país el que debe verlos con los pantalones bien puestos.

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