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15 DE NOVIEMBRE DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Técnicamente el modelo neoliberal ya tiene año de defunción: el próximo. Una curiosa alianza del comunismo gobernante con el piñerismo entreguista procura dispararle el último de los tres impactos al corazón que lo van a matar: la reforma previsional, la tributaria y la nueva Constitución.

El envío al Congreso del proyecto de reforma previsional ha hecho subir a Boric ocho puntos en las encuestas (última Cadem, de 25 a 33%). La iniciativa vuelve a poner, como antes de 1980, los fondos previsionales bajo control estatal. Termina con las AFP, que fueron una "inyección a la vena" del mercado de capitales y pusieron a Chile, que en 1973 era el último de América Latina, en el primer lugar donde lo dejó Pinochet en 1989. Lamentablemente, en 2021 elegimos de nuevo, como en 1970, al comunismo y éste, entonces, hará lo único que sabe: nos devolverá en 2023 al último lugar. 

Por supuesto, la derecha tiene una reforma previsional mejor que la oficial y que haría subir la pensión mínima a $400 mil en lugar de $250 mil, pero fortaleciendo el modelo. Se financiaría con un impuesto de 10 % sobre los sueldos del Red Set estatal, que son 52% mayores que los privados (La Tercera, Pulso, 20.11.21). Eso salvaría a las AFP y nos reinstalaría a la cabeza de América Latina. Pero tiene un perfume insoportable al régimen de Pinochet. Autora de la idea, Bettina Horst, de Libertad y Desarrollo.

Como de lo que se trata es de matar al modelo, la dupla Boric-Marcel le ha disparado un segundo tiro al corazón: la reforma tributaria. Ya está en el Congreso. Economistas de prestigio internacional, como Klaus Schmidt-Hebbel y José Luis Daza han opinado que esa reforma basta para devolver al país al retroceso del cual lo estaba sacando el modelo de Pinochet y la Junta y sólo cuya pintura rayó el socialismo durante 30 años, sin suprimirlo. Como escribió en La Tercera del 16.10.22 Francisco Pérez Mackenna, gerente del holding de Andrónico Luksic: la reforma tributaria "lleva a que la mejor decisión sea reducir el stock de capital, expatriándolo y retirando utilidades retenidas". Es lo que van a hacer los sabedores de las ventajas que les ofrecen domicilios tributarios más benignos que Chile, como Delaware, Panamá, Islas Vírgenes, Islas Cayman, Portugal, Uruguay, Paraguay, Irlanda, Jersey, Guernsey, Luxemburgo, Corea del Sur e Indonesia.

Es que Boric odia la riqueza de los demás. Desde su primer día de mandato ofreció redistribuirla. La de su propia familia le disgusta menos y por eso llevó a la activista comunista Doris González, que venía de abrazarse con Maduro, a Magallanes a agitar a los "sin casa" para obligar al Minvu a comprar en más de mil millones un terreno de Boric papá y de un ex alcalde, que estaba tasado en sólo cinco millones. "Yo no lo habría hecho", confesó después, atrincado por Tomás Mosciatti. Pero ayudó al papá a hacerlo.

El tercer tiro al corazón del modelo es una nueva Constitución que asegure a los comunistas algo que siempre han anhelado: suprimir los límites de la actual al crecimiento del Estado. En éste las pegas son 52 % más generosas que en el sector privado. Incluso con esta Constitución, el socialismo ha aumentado el número de pegas estatales en 51 % en los últimos ocho años, llegando a 450 mil (Larraín y Weber, El Mercurio, 26.10.22). Ahora, con el concurso del piñerismo entreguista UDI-RN-Evópoli, se redactará la nueva Constitución pro-Estado para que el Red Set pueda controlar, en lo posible, todo.

Es evidente que el modelo neoliberal morirá con estos tres impactos. Sólo un milagro puede salvarlo. En mi blog del 7 de noviembre di las razones paranormales, en las cuales creo y por las cuales Chile se puede salvar. Pero la mayoría no cree lo mismo y está feliz de matar al modelo. Por eso sube Boric en las encuestas. 

Entonces sólo nos queda seguir el consejo de los árabes y sentarnos a la puerta de nuestra tienda a esperar ver cuál cadáver es el que va a pasar. 

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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