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Gonzalo Ibáñez Santamaría


Diferentes dirigentes políticos de oposición piden, en carta entregada al presidente de la República, la creación de una nueva policía: “Estamos exigiendo la disolución de Carabineros y la creación de una nueva policía porque es una institución que viola los derechos humanos, que tiene graves problemas de corrupción y que no tiene legitimidad ciudadana”. Culmina así una serie de peticiones que vienen sucediéndose desde hace ya varios meses para “refundar” Carabineros, pero esta vez hay una novedad. A pesar de llevar la firma de todos esos dirigentes, la entrega material de esa carta fue realizada sólo por el partido comunista acompañado del Frente Amplio, lo cual demuestra el claro liderazgo que esos dos partidos marxistas están ejerciendo al interior de la oposición y cómo ellos, obrando así, subordinan a sus designios a los demás partidos del grupo. Por ahora, en lo relativo a Carabineros, pero preparándose ya para asumirlo en los demás ámbitos de la vida política nacional.

El comunismo ha sido la ideología más inhumana que nos muestra la historia y, en sus manos, la policía no fue sino un agente del partido para doblegar la voluntad de las personas y someterlas como títeres a la voluntad de los cabecillas del partido. Eso y no otra cosa fue, allá donde se aplicó, la tan mentada Dictadura del Proletariado, con el resultado de millones de muertos. Bajo su peso, quienes sufrieron la peor de las explotaciones fueron los proletarios de carne y hueso, aquellos que en su momento fueron utilizados por ese partido como carne de cañón para obtener sus propósitos. Por lo mismo, podemos estar seguros de algo: si es el partido comunista el que lidera esta petición de cambio es porque, sin duda, Carabineros está cumpliendo a cabalidad con su tarea y, por lo mismo, se ha convertido en el principal escollo de quienes pretenden, con los mismos comunistas a la cabeza, subvertir el orden y la paz de nuestro país. La historia no deja espacio a ninguna duda.

Frente a esta petición de refundar Carabineros, no puede pues haber vacilaciones: hemos de dar a esta Institución el más total y completo respaldo. Es lo que le pedimos sobre todo al gobierno, del cual Carabineros es el instrumento para mantener la paz social y el orden de justicia en el país. Por eso, preocupa apreciar cuán débil es ese respaldo y, peor aún, cómo ata las manos de la Institución, impidiéndole cumplir a cabalidad con su tarea y poniendo en riesgo la vida de sus efectivos. En esta línea, esta falaz posición alcanzó su punto máximo cuando Karla Rubilar, ministra del gobierno, manifestó su adhesión a la idea de refundar la institución. Una verdadera puñalada por la espalda.

La carta en cuestión ha puesto a la vista la verdadera naturaleza de la confrontación política que golpea al país. Hoy, o estamos respaldando a Carabineros o estamos abriendo la puerta para que el comunismo avance en sus propósitos de revertir la derrota que sufrió en 1973 y de obligar al país a que retome el camino que entonces seguía. Nadie puede quedar indiferente.

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