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Cristián Labbé Galilea


Era difícil imaginar que, después de ser “faro” a nivel mundial, el país se haya convertido en “hazmerreír” de las naciones libres, con quienes se había logrado una gran credibilidad política, económica, e institucional. Increpar al Rey de España, ignorar al vicepresidente de EE. UU, cambiar el martirio de San Lorenzo son, además de chascarros, “la guinda de la torta” marcando el rumbo equivocado que ha tomado nuestra realidad. ¡Qué lástima… qué vergüenza!

Si fuera un tema de forma, pasa, pero es en el fondo donde está la complicación. La ausencia de Gobierno, de Estado de Derecho, de orden, de expectativas… en una palabra… de conducción, nos confirman que… ¡eso son ellos!, (ni más ni menos) y que, además son ellos los que han creado este ambiente de inestabilidad en el que … “cualquier brasa quema la casa”.

Sólo en estos días hemos sabido que: las ISAPRES podrían quebrar en cualquier momento dejando a millones de personas en la indefensión, que la inflación llegará a dos dígitos, que los ataques terroristas aumentan, que la violencia urbana campea, que a las migraciones irregulares no las para nadie, etc. …

Todo confirma -a ciencia cierta- que las actuales autoridades no saben que: “quien el fuego busca, o se quema o se chamusca”.

Convencida esta optimista pluma que “quien aguanta la garúa, aguanta el temporal”, y que el plebiscito del 4S lo ganará el Rechazo, estima que las energías debe apuntarse “al día después”. Si algún parroquiano piensa que se vendrá una “tormenta” no se equivoca del todo, pero debe considerar también que, si la situación se descontrola, es el gobierno quien estará en problemas… es el único que puede caer.

Lo que la izquierda, (léase: toda la izquierda: la radical, la dura y la no tan dura, más algunos progresistas del Rechazo, que nunca faltan), buscará, en los próximos días, será alguna forma de tomar ventajas de la situación; de hecho, ya están en tratativas para llamar a una nueva Convención y/o a espurios acuerdos… Que no nos engañen: “al chivo por las barbas y a los políticos por las palabras”, sabemos lo que buscan.

Surge así la necesidad de que los políticos que creen en la Sociedad de la Libertad, el Orden, la Justicia, el Progreso y el Bienestar, estén estratégicamente preparados, en forma silente y decidida para la nueva etapa. La actitud que hay que asumir es una: “el pueblo habló”, y quienes quisieron “refundar el país” han fracasado y han sufrido una categórica derrota.

Serán horas claves que no se pueden improvisar, no es hora de buscar beneficios partidistas o personales… Será la oportunidad de mostrar ese espíritu republicano que ha marcado la senda de 200 años de libertad, democracia y progreso.

Será hora de manifestarle al mundo que nuestro país retoma el rumbo que nunca debió perder, y a la izquierda hacerles ver una vez más que: “donde brama el toro republicano no brama ningún ternero arrogante”.

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