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Cristián Labbé Galilea


Tratando de interpretar a mis contertulios la contingencia, recurrí a la película argentina “Un hombre mirando al sudeste” (Eliseo Subiela, 1986), en la que un paciente llega al psiquiátrico argumentando que viene de otro planeta a estudiar la estupidez humana… Argüí que lo mismo le ocurriría a ese alienígena si llegara a nuestro país en estos días… no entendería nada de nada.

Ni un “marciano” creería que, después de años de violencia en la Araucanía, los pocos terroristas encarcelados inicien una huelga de hambre para presionar por su libertad, argumentando que son “presos políticos”… y la autoridad esté dispuesta a “dialogar” mientras, en el resto de las regiones, los peñis se toman e incendian lo que pillen.

Como si, para un terrícola cualquiera, eso pudiera ser poco, se dicta un decreto exento (N° 3925 de 29 jul. 20) que faculta a Gendarmería para que, entre otros beneficios, “dé condiciones especiales a la población indígena privada de libertad”, todo para evitar incurrir en “discriminaciones arbitrarias”… ¡galáctico por decir lo menos!

Por lo mismo, es imposible no pensar en la incalificable e imperdonable actitud que la autoridad ha tenido con los militares privados de libertad, a quienes se les ha negado todo beneficio por el solo hecho… “de ser militares”.  Octogenarios soldados, estoica y dignamente sufren la más injusta de las discriminaciones… sólo porque ellos no hacen huelgas de hambre. Sin embargo, puede llegar el día que…

Qué distantes estamos de una autoridad que asume sus responsabilidades: imposible no recordar la actitud de Margaret Thatcher cuando, en 1981, no cedió ante los terroristas del IRA presos en la cárcel de Maze, que le hicieron una huelga de hambre para presionarla y obligarla a ceder… Su respuesta fue: “no hay concesiones, suceda lo que suceda”; la Dama de Hierro no cedió y el estado de derecho se mantuvo porque, como ella dijo, "no estamos preparados para considerar ningún estatus especial... crimen es crimen, no es política".

La extorsión o chantaje, tan propio de las mafias, no es un atributo sólo de terroristas; también son practicadas por algunos “honorables de cuello y corbata” (aunque ahora ni corbata usan).

En estos días hemos sido testigos de cómo políticos practican esta agresión al derecho, sin ningún pudor, al rechazar la nominación a la Corte Suprema de un Ministro, por el solo hecho de no fallar como la izquierda determina… Después de lo visto, ¿alguien serio puede decir que en nuestro país existe una justicia justa e independiente?... tendría que ser un lunático.

Los argumentos y los casos fueron contundentes; fue tal el despliegue de referencias que, para no terminar deprimidos y dar ánimo a mis contertulios frente a los actuales desafíos… concluí que mi esperanza estaba puesta en el actual gabinete, el que… ¡Pere… cerá!, si no restablece a la brevedad el orden y el estado de derecho; de otra manera, habremos sucumbido a la alienígena estupidez humana del “hombre del sudeste”.

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