29 julio, 2023 

 

 

 

 

 

Por Pilar Molina


A pesar del retroceso de la pobreza, si el Presidente Boric no atina a darle una dirección con pragmatismo, éste será un Gobierno de paréntesis. Un mal recuerdo.


Muy poco afortunado el comentario de la máxima autoridad económica de Chile que explicó la baja de la pobreza porque “en esta oportunidad la política pública fue más importante que el crecimiento económico”. No es algo para jactarse que haya bajado la pobreza al 6,5% sin que las personas hayan aumentado los ingresos producto de su trabajo, sino que a punta de subsidios y bonos del Estado que crecieron casi un 84% entre 2017 y 2022. Menos, cuando la economía está estancada y se ve igual de lánguida a futuro, lo cual impone un techo a las transferencias del Estado.

Eso en situaciones normales, porque el Ministro Mario Marcel insiste en la panacea de aumentar la recaudación del Estado sin crear riqueza, sin crecimiento. Ajeno a la realidad del país y tozudamente, le cambia el nombre a la reforma tributaria, la divide, la disfraza de pacto fiscal, pero son calugas para un único afán: recaudatorio. Es como si Marcel hubiera comprometido su vida ante Gabriel Boric a cambio de que este gobierno, como todos los anteriores, tendrá su propia alza de impuestos a los más ricos. Un compromiso ideológico vano. 

Lo sigue de cerca la ministra del Trabajo, Jeanette Vega, quien, con la templanza comunista, no se le mueve un músculo para sostener que la oposición quiere darle el 6% a las AFP y que la propuesta de la oposición “está concentrada en mantener la industria de las AFP”. A estas alturas ya es evidente que es ella quien, por otro compromiso ideológico, también dejó en aval su vida a que será capaz de eliminar las AFP. Aunque no apruebe nada más, porque a pesar del despliegue de mesas y dilaciones, no cede un punto a que toda el alza de las cotizaciones caiga en manos del Estado.

Ya tenemos el aumento del ingreso mínimo a 500 mil pesos, la reducción de la jornada a 40 horas, la nueva PGU que dejó a los pensionados vulnerables con altas tasas de reemplazo, ¿no será el momento en que se decidan a echar a andar el país, con decisión? En nada ayuda que financiemos un viaje del Mandatario a Europa para que insista en derrocar el capitalismo, una parte suya, al menos. O que sigan creando bancos y empresas estatales cuando es suficiente con lo que tenemos, sobre todo cuando se les escapa la multiplicación de fundaciones de amigos del Frente Amplio para extraerle recursos al Estado.

El fisco tiene cada día tiene menos cobre, pero puede echar a andar de una vez los proyectos privados del litio para aprovechar la racha que pasará. Tiene que cambiar el discurso anti empresa en Chile, como lo hizo en España, y respaldar con convicción la iniciativa privada. Esta hará su parte, emprendiendo, invirtiendo, generando empleo y riqueza. Es lo que hacía antes que el octubrismo atacara el modelo para pretender refundarlo por algo mejor que no existe y ha devenido en un retroceso.

El Gobierno, en cambio, tiene que concentrarse en lo que los privados no pueden solucionar: la seguridad, la migración irregular -que parece querer regularizar con un doble discurso-, la salud pública y la privada, donde todavía no levanta una solución para el problema de las isapres. Y está en deuda con lo que explica el origen del Frente Amplio: la educación. No sólo no se ha hecho más inclusiva y de calidad, sino que se ha deteriorado la pública, aumentan las brechas y caen los conocimientos ante la pasividad total de las autoridades, empezando por el poco calificado ministro de Educación.

Y por supuesto, La Moneda tiene el desafío de legislar para introducir los cambios al sistema previsional que, fuera de la ideología, son bastante consensuados. Y, por último, cerrar el tema constitucional que utilizó durante la administración anterior para subvertir el orden público y la confianza en las instituciones.

A pesar del retroceso de la pobreza, si el Presidente Boric no atina a darle una dirección con pragmatismo, éste será un Gobierno de paréntesis. Un mal recuerdo. 

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/gobierno-parentesis/

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