Septiembre 29, 2019
 
 
 

Desde la vez en que el dictador soviético Nikita Kruschev lanzó un zapatazo en plena sesión, no se recordaba una asamblea de la ONU tan alborotada y controvertida como la realizada en Nueva York la semana pasada. Pese a que los Mandatarios se tomaron el tiempo para referirse a sus temas de interés nacional, y personal, esta Cumbre estuvo marcada por la locura mundial que originan las alarmas sobre el cambio climático.

Se escucharon expresiones tan dramáticas que dieron escalofríos, como las del Presidente chileno, quien pronosticó que “si no hacemos algo, el planeta tierra desaparecerá”, en tanto la precoz activista sueca Greta Thunberg increpó a los líderes  presentes  (“me han matado mi niñez”) por privilegiar sus intereses económicos.

En medio de este frenesí por el aire puro, del cual están  al margen –ni más ni menos- China y Estados Unidos, hubo alguien que aprovechó de poner un toque de humor: Evo Morales. Reiteró su demanda de mar para Bolivia y todos, ahora, entendieron el mensaje: está en la víspera de comicios presidenciales y tiene más incertezas que certezas sobre su reelección.

Dentro de esta visión apocalíptica, Sebastián Piñera, que se codeó con lo más granado de la ONU, recibió el premio ‘Ciudadano Global”, entregado por un grupo de organizaciones en reconocimiento a su “permanente preocupación por el cuidado del planeta”, y se unió a un sospechoso Gobierno Global, formado por un grupo de naciones para regir a todas las demás sobre el mejor manejo del medio ambiente…

El Presidente tiene varios lados flacos, pero hay que reconocer en él su relampagueante velocidad para subirse a los carros del populismo. En su programa de Gobierno, jamás estuvieron considerados entre sus pilares, como él los definió, el feminismo, la identidad de género, el acoso sexual y el cambio climático, pero apenas husmeó que se trata de temas con gran respaldo de las masas, se encaramó en la ola correspondiente, y, es más, se transformó en paladín de las respectivas causas.

Meses atrás se negó a firmar el Acuerdo de Escazú, Cumbre latinoamericana y del Caribe sobre medio ambiente, “por imponer normas que contravienen la soberanía nacional”. Sin embargo, luego de este mitin de Mandatarios ecológicos en Manhattan, anunció estar dispuesto a firmarlo, “aunque con algunas reservas”…

El flamante ‘Ciudadano Global’ siempre tuvo claro qué iba a hacer con su vida: se propuso ser millonario, y lo es; con varios años de anticipación –coincidentemente en Nueva York- citó a periodistas para anunciarles que iba a ser Presidente de la República, y lo fue; al dejar La Moneda, al día siguiente se puso en campaña para volver a ella, y volvió.  Gran aprovechador de oportunidades, vio en el conflicto humanitario de Venezuela una puerta para trazar su futuro como  líder internacional.

Fue el cabecilla latinoamericano de la embestida contra la dictadura de Nicolás Maduro, y para ello articuló Grupo de Lima. Más tarde, para apuntalar a los Gobiernos de derecha en la región, ideó PROSUR, cuyo lanzamiento lo organizó en La Moneda. Hace poco –por ser Chile la próxima sede de la APEC- fue invitado a la cita del G 7, en París, donde hizo migas con Enmanuel Macron, el primer responsable de la negativa de Francia a extraditar a Ricardo Palma, uno de los asesinos del senador Jaime Guzmán.

Para ponerse a tono con la música ambientalista que impera en todo el mundo, tuvo el coraje de criticar duramente a Donald Trump en la asamblea de la ONU, pese a que éste preside al segundo socio comercial de Chile, y llamó a China a terminar con la guerra comercial. Conmovido, elogió a la histriónica Greta Thumberg, instando a millones de jóvenes en el mundo a seguir su ejemplo. Esta niña activista se hizo ambientalista luego de ver una serie de TV, donde los osos polares emigraban del Ártico por el derretimiento de los hielos: el programa era de 1970…

Sin pensarlo dos veces, Piñera se sumó al Gobierno Global propiciado por la ONU y encabezado por Alemania y Francia, cuya primera medida fue declarar “mundial” a la Amazonía, ante lo cual, un indignado Jair Bolsonaro respondió que “es el pulmón sólo de los países copropietarios de ese territorio. Nadie tendrá dominio sobre la soberanía brasileña”.

Nadie de los asistentes a la asamblea utilizó la palabra “calentamiento global”, difundida en todo el mundo por el progresista ex Vicepresidente norteamericano Al Gore, porque, hace un año, científicos notificaron a la ONU que dicho episodio acabó en 1990. De ahí que en forma oficial, cambió la denominación a “cambio climático”.

Hace  50 años que el desierto llegó a las puertas de Santiago, de tal modo que una sequía más, como la que afecta hoy a la zona central no es novedad. Pero este fenómeno,  más el alarmista anuncio de la ministra del Medio Ambiente de que, por la crecida de los mares, desaparecerán Iquique, Valparaíso, Coronel y Arauco, contribuyeron a acrecentar un escenario terrorífico en el país, el cual excede en mucho, a los estudios científicos sobre la materia. Una solemne promesa presidencial aseguró que el 2030 no se  emitiría una sola partícula de carbono, siendo que de toda la contaminación atmosférica nacional, el CO2 constituye sólo un 0,001%

En temas tan sensibles como éste, no hay que dejarse informar, sino informarse. A la gente se le ha contado que Trump es un imbécil por no adherir a este Gobierno Global, pero sólo se limitó a recoger estudios de 31 mil científicos –no de 3 o 4- que demuestran matemáticamente que el panorama no es tan lúgubre ni siniestro como lo pinta la ONU, muy interesada en la creación de este Gobierno Global que imponga leyes universales, con más impuestos, y ello por sobre las normas propias de cada país. Chile, de un tiempo a esta parte, ha sufrido el impacto de haber firmado tratados internacionales que  pasan por encima de su legislación.

Quien pronosticó el hundimiento de Nueva York debió ofrecer disculpas públicas y el científico y académico norteamericano que vaticinó que “a este ritmo de contaminación”, en 50 años no habría vida en el planeta, terminó revelando la falsedad de su investigación y fue sometido a juicio.

La Tierra ha sufrido, y soportado, varios calentamientos globales y los humanos los soportaron, no así las eras glaciales, que arrasaron con todo tipo de vida. Groenlandia, hoy invocado como estereotipo de tragedia por su pérdida de masa de hielo, alguna vez fue territorio fértil, habitado y con producción de viñas.

Con motivo de la revolución industrial, se advirtió que sería el primer paso hacia la destrucción del planeta. Durante 70 años se han multiplicado infinitamente las faenas fabriles en el mundo y nadie, en la superficie, ha muerto por falta de oxígeno.

Un hecho reciente, casi del momento, hace obligatoria una reflexión sobre el trasfondo de esta histeria universal  -también chilena, desde luego-, por el cambio climático. Los mismos socios del nuevo Gobierno Global, y que rasgan vestiduras por la exclusiva prevalencia de energías limpias, entraron en shock por la repentina baja de producción de petróleo a causa del ataque a las refinerías sauditas. Todos, al unísono, pusieron el grito en el cielo, porque el alza en el precio del combustible impactaría fuertemente en sus frágiles economías, como las de Merkel, Macron y  Piñera.

Fuente: https://www.voxpress.cl/single-post/2019/09/29/Esta-semana-PI%C3%91ERA-SALE-A-SALVAR-AL-PLANETA

 

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