Osvaldo Rivera Riffo
Partamos de la base que toda copia no es más que la reproducción por terceros de un trabajo creativo y libre, realizado por el talento de un artista original.
Esto no quiere decir que talentosos artistas debidamente autorizados por museos o galerías puedan realizar una copia libre de una obra colocando bajo su firma “copia o recreación de la obra de tal o cual”
Así entendemos la profesionalización del arte y por tanto el valor que cada obra alcanza: copia u original.
Hoy por razones de mercado, muchos artistas utilizan estos mecanismos para acercar el arte, sobre todo plástico, a otros públicos y extender el conocimiento de su trabajo.
Valga esta disquisición para referirme al Museo de la Cera de Las Condes, tan duramente criticado.
Tengo buenas referencias del escultor, el cual sin duda alguna recibió el encargo de realizar este trabajo escultórico cuya materialidad sería la "cera", con todas las indicaciones correspondientes del objetivo perseguido y los personajes que se incluirían en la propuesta "artística".
El resultado ha sido francamente deficiente en lo estético y peor en el objetivo, ya que un museo en su esencia es un espacio que recrea para la perpetuidad y trascendencia las obras de hombres preclaros de la historia.
El famoso museo de cera de Madame Tussauds contiene la mayor cantidad de celebridades mundiales y hay museos de esta índole siguiendo los lineamientos del británico Tussauds en varias ciudades de Europa, Estados Unidos, Asia y Oceanía. 24 para ser exactos, con las mismas características y reproducciones de obras que están en el de origen; con variaciones escenográficas pero donde el personaje siempre es fiel a sus características.
¿Que faltó aquí? Como siempre, prolijidad, visión de futuro, objetivos claros y decisión de aportar algo recreativo superior, estableciendo un acuerdo con el museo original y seguir su línea. Así, seríamos otra gran ciudad con un museo de cera de características internacionales.
Pero primó el deseo de ser “originales”, partiendo de una copia y relegar lo estético a lo mediático, lo histórico e importante a la farándula y construir una colección disonante en su importancia.
¿Me quiere alguien explicar que hace el Bombo Fica en la misma consideración que Bernardo O'Higgins o que algún Presidente de la República, me guste o no?
Por cierto que desprolijidad e inmediatez, esa “cosística” tan característica del alcalde Lavín. No importa el resultado, lo importante es hacer algo que “destaque”-que me vean- y concite el interés de los medios de comunicación. Así las cosas, las culpas las pagó el escultor a quien le retocaron sus trabajos.
Y como siempre, en la pobre naturaleza del hombre surgió la envidia. Ya no era cuestionable la idea, era cuestionable el que no participara un "colectivo" de escultores. ¿Se imaginan Uds. la colección de mamarrachos que se habría construido?, si estos ya tienen problemas estéticos. No existe otra Madame Tussauds que, para información de los organizadores de la copia, se murió el 16 de abril de 1850 en Londres, dejando su impronta en 24 museos iguales en el mundo.
¿Por qué entonces una comuna rica como Las Condes, no hizo lo mismo que Sídney, Tokio o Las Vegas?; copiar… ¡pero copiar bien!
Eso les pasa a los políticos por meterse en camisas de once varas, sin que les alcance siquiera para mangas...
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