Tomas Bradanovic


Leía un artículo de Andrés Hernando - Harvard Boy y contertulio de CSP durante un montón de años-donde comentaba sobre los políticos no cumplen con sus promesas de campaña. Decía que estas promesas son declaraciones de intenciones y que -si son demagógicas- al final es mejor que no las cumplan.

Estoy de acuerdo con eso, hoy más que nunca. Recordemos que los merluzianos proponían construir un tren desde Arica a Magallanes, terminar con las AFP reemplazándolas con un sistema de pensiones que llamaban "solidario", refundar Carabineros de Chile ¡y nada menos que mejorar el nivel de vida de los chilenos!

De todo eso no quedó nada, aparte de unos gestos desastrosos como amnistiar y dar pensiones de gracia vitalicia a delincuentes, saqueadores, incendiarios, aumentar los altos cargos del aparato público de la manera más escandalosa y robarse hasta el gato usando el esquema de las fundaciones truchas, nada de lo que ha hecho el gobierno merluzo, ni una sola de sus iniciativas, ha servido para nada.

Es verdad lo que dice Hernando "si bien es positivo que los gobernantes no cumplan con sus promesas demagógicas, sería mejor que no las hiciesen", esto describe de manera muy cuidadora y educada, para no pisar ningún callo, lo que ha pasado en los últimos cinco gobiernos que hemos tenido, especialmente el de los merluzianos.

Pero creo que eso no va al fondo del problema. No tiene ningún sentido quejarse de la supuesta inmoralidad de hacer promesas imposibles y después no cumplirlas, porque eso es lo que harán siempre los políticos mientras exista una masa estúpida convencida que esas son cosas que si pueden cumplirse.

Mientras existan tontos capaces de creer que si eliminan las AFP tendrán mejores jubilaciones, o que retirar parte importante de su ahorro previsional no tendrá consecuencias en el monto de su jubilación, que "refundando" Carabineros mejorarán los problemas del crimen y que subiendo "los impuestos a los ricos" podrán alcanzar un mejor nivel de vida, este problema no tiene solución. 

Con ese nivel de gente votando no hay solución posible para los problemas. Y no es culpa de los políticos, ellos simplemente responde a las "demandas populares" que vienen de lo más profundo de la ignorancia y estupidez de la mayoría de las personas.

Dicen que son los políticos los que crean esas demandas imposibles pero no es así, son ideas que vienen de lo profundo del pueblo ignorante que necesita ser engañado, tal como un gigoló engatusa a una mina fea con mucha plata y la convence para casarse y dejarlo administrar su fortuna. Es el mismo caso, igualito.

O la mina que se engatusa a un viejo con plata diciéndole que es inteligente y lindo, para después dejarlo seco, pongo el ejemplo en ambos sexos para mantenerme políticamente correcte.

La cosa es que la masa ignorante y vendible, ese 80% del que habla la Ley de Pareto, necesita ser engañado, aunque sepan que un político es el peor ladrón igual lo apoyan y votan por él por motivos viscerales y estúpidos, como la gente que votó por Boric o por Caty Barriga, para poner solo dos ejemplos.

Entonces la solución a este enorme problema, muy común de la democracia, no es hacer nuevos organismos que vigilen y/o fiscalicen la viabilidad técnica de las políticas públicas. Las superintendencias, observatorios, Consejos Asesores, Contraloría, etc. son completamente inútiles, equivalen a vender el sillón de don Otto, esquivando el verdadero problema.

Que mejor ejemplo de esto es el eunuco Consejo Fiscal Autónomo. Cualquiera que sepa un mínimo de políticas públicas sabe que estas -en democracia- jamás han sido diseñadas con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas a largo plazo. El verdadero objetivo ha sido siempre ganar la elección que viene engatusando a grupos de presión y ofreciendo cosas imposibles a la gente ignorante.

Ayer conversando con mi mecánico cubano me decía algo así como "mira, Cuba puede ser comunista, una dictadura, yo estoy en contra de todo eso, pero tiene sus cosas buenas, por ejemplo la violencia de octubre de 2019 en Cuba habría sido aplastada en un día" y así me dio varios otros ejemplos de cómo la demagogia termina siendo un gran Talón de Aquiles en los países democráticos como Chile.

Obviamente no digo que una dictadura a la cubana sea mejor que lo que tenemos en Chile, pero si es cierto que muchos de nuestros problemas actuales vienen de esa necesidad apremiante de engatusar al populacho en las elecciones que vienen cada dos años. Con un sistema así cualquier intento de política pública necesariamente terminará en un desastre.

En una sola frase se puede contestar para qué diablos sirven las políticas públicas: para ganar las elecciones que vienen y mantener el poder lo más que se pueda.

Nuestro Padre de la Patria don Diego Portales, tenía clarísima esta realidad y como ministro de casi todo implementó un gobierno según este realismo básico, tal como lo escribió en una carta a su amigo:

"A mí las cosas políticas no me interesan, pero como buen ciudadano puedo opinar con toda libertad y aún censurar los actos del Gobierno. La Democracia, que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesario para establecer una verdadera República. La Monarquía no es tampoco el ideal americano: salimos de una terrible para volver a otra y ¿qué ganamos? La República es el sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno completamente liberal, libre y lleno de ideales, parte todos los ciudadanos. Esto es lo que yo pienso y todo hombre de mediano criterio pensará igual." (Lima, Marzo de 1822).

Solo un gobierno autoritario, fuerte y libre de las presiones demagógicas de corto plazo, formado por los más meritorios técnica y moralmente puede solucionar este problema que es endémico de la democracia.

El sistema que diseñó Portales consideraba gobiernos de 5 años con reelección, donde solo votaban las elites y las elecciones estaban más arregladas que mesa de cumpleaños. Eso nos llevó a uno de los períodos más brillantes de la república, con 10 años de Bulnes y otros 10 de Montt, Chile estuvo libre de los caudillos chantas que infestaron a casi todos los países de América del Sur.

Esa creencia infantil de que mediante políticas públicas en democracia se puede mejorar el nivel de vida de las persona nos ha hecho un daño enorme durante más de un siglo, con la excepción del Gobierno Militar que -con puros decretos- levantó al país desde la ruina y nos llevó a 17 años de prosperidad y progreso.

Las políticas públicas no sirven para nada en democracia, al contrario, hacen un daño enorme al país y su gente como lo estamos viendo ahora mismo. Lo mejor que pudo pasar fue que los merluzos quedaran capados en el parlamento, espero que les pase lo mismo en las elecciones municipales aunque de la derecha "tradicional" no espero absolutamente nada, porque son la misma basura vendible que los merluzos.

Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/

.