Osvaldo Rivera Riffo


Muchos durante bastante tiempo y por distintos medios fuimos advirtiendo los peligros que pendían sobre el bienestar y estabilidad de Chile.

Como siempre, los políticos que sienten que sus potestades están por sobre el bien y el mal no oyeron o no quisieron escuchar nuestras advertencias. Entonces ocurrió lo vaticinado. Una guerra civil hibrida encubierta en todos sus aspectos.

Frente a un panorama tal, en que el gobierno no atinó a defender a la gran mayoría de chilenos desesperados y angustiados al ver el Estado de Derecho hecho trizas, el presidente recogió el guante arrojado por los políticos de izquierda y firmó un “Pacto por la Paz” y como suele ocurrir, con toda la parafernalia posible, arrastrando a todo el espectro político que representa. Sobrevino así esta solución mágica. Una nueva constitución para acabar con el "estallido social".

Y Chile Vamos cayó entonces en la trampa psicopolítica más absurda: creer ilusamente que un pacto firmado con la izquierda se podría cumplir: el “estallido social”, mejor dicho terrorista-delincuencial no sólo no terminó sino que incluso arreció hasta el día de hoy.

La gran mayoría de los diputados de Chile Vamos, al igual que un porcentaje no menor de chilenos, desconocen la historia y se han creído el cuento de que fueron elegidos porque estaban “ungidos” para ser actores principales de un futuro esplendor nacional. Olvidaron por conveniencia y/o ignorancia, el Pacto de Garantías firmado por Allende para llegar al poder y que luego desconoció cínicamente arguyendo que sólo fue una estrategia en su camino revolucionario.

El resultado lo conocemos. Sin embargo la feroz campaña de la izquierda no ha perdonado esa derrota y quiere castigar a Chile provocándole la más grave crisis institucional en pleno siglo XXI.

Los políticos de la centro derecha en su maldito afán de sentirse poseedores de poderes sobre humanos que les permitan contrarrestar a la izquierda cedieron en todo y hoy ¡Oh, Sorpresa! se dieron cuenta que una vez más la izquierda comandada por el partido comunista no cumplió con el Pacto de la Vergüenza y están retirando su apoyo a la iniciativa de una nueva constitución.

Los dados están tirados. El Presidente intenta ganar puntos para que su condena internacional -liderada por los organismos de fachada del socialismo mundial- no sea tan estricta y no lo juzguen por crímenes de lesa humanidad, todos falsos pero de los cuales él y solo él es responsable, por no cumplir con el sagrado deber de defender la estabilidad institucional del país.

Hoy nos embarcaron en un complejo proceso institucional .Unos que quieren tirar por la borda la arquitectura jurídica que nos dio desarrollo y oportunidades durante los 40 años de vigencia y otros que basados en la evidencia y en nuestra historia, Rechazamos firmemente tal despropósito.

En este contexto y en la gran batalla que afrontaremos el próximo 26 de abril, todo suma: los libertarios de siempre, los republicanos, los evangélicos, los católicos, la sociedad civil completa, los bomberos, los judíos, los masones, los musulmanes, los eco-ambientalistas, los artistas e incluso los  Boy Scouts y también los políticos arrepentidos.

La tarea será dura y no de unos pocos, sino de todos.

No esperemos líderes, la derecha tiene demasiados, (siempre hay más Toquis que Indios) pero no con el fuste que se necesita. En tanto voluntades aguerridas son millones  y esta será la gran gesta de la sociedad civil por conquistar Seguridad, Estabilidad, Orden y Progreso.

De usted depende su futuro: ¡juéguesela y no espere que otros den la cara por Ud.!

¡Chile a Ud. lo necesita!!!

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