Osvaldo Rivera Riffo
Director Fundación Voz Nacional


Las inteligencias poco capaces se interesan en lo extraordinario; las inteligencias poderosas, en las cosas ordinarias
(Víctor Hugo)


Perdonen la poca delicadeza pero no existe otra expresión que grafique mejor a ese grupo de individuos que se hacen llamar parlamentarios; de verdad ahora sí que se "paró el burro a orinar" al aprobar una ley que prorrogaba el pago de permisos de circulación y perjudicaba a todos aquellos que utilizarían el beneficio. Es tanta la ignorancia y el despropósito que tuvo que intervenir el Presidente y enviar un veto aditivo para arreglar el desaguisado de la manga de ignorantes que hacen las leyes.

Se imaginan Uds. que para una modificación de una ley tan simple como esa hay tamaña desprolijidad y así y todo nos piden que votemos Convención Mixta para que estén representados en un 50 % de los constituyentes en la redacción de la Constitución que se las ha ocurrido imponerle al país, claro está si ganan el plebiscito del 25 de Octubre. Es decir por 83 ignorantes de marca mayor sacados del actual congreso.

Se imagina Ud. estimado lector el despropósito que esto sería. Saldría un engendro grotesco en su contenido e inútil en su aplicación. Medite pues sobre lo que viene y reafirme su RECHAZO.

Después que pase la pandemia habrá que hacer frente a este otro virus mortal para Chile: los políticos. De una peligrosidad aterradora y con características de alto envenenamiento social: desleales, traidores, mentirosos, ignorantes, resentidos, serviles, aprovechadores, letales, ambiciosos, utilizadores. En fin, no existe laboratorio en el mundo que pueda haber experimentado en la genética de un virus con tal magnitud de características perniciosas. Pero lo fabricó Chile y se incuba en Avenida Pedro Montt s/n Valparaíso.

El desprestigio al que ha llegado este poder del estado debe hacernos pensar muy seriamente en el término anticipado de su mandato y en una reformulación significativa de sus funciones, de su orgánica y de su número. Teniendo presente además que su costo en sueldos y prebendas es el más alto del mundo. Una vergüenza sin límites.

En estos individuos no existen los mínimos conceptos para ejercer su función. Como por ejemplo la prudencia, que es la capacidad que tienen algunas personas para detenerse a analizar las diferentes variables existentes y evaluar sus posibles consecuencias antes de adoptar una decisión. Habitualmente suele ser sinónimo de sensatez, moderación, cautela, madurez o reflexión. Cree Ud. que algo de esto existe en el parlamento chileno o en la clase política dirigente. ¡Por cierto que no! Los burros por mucho que carguen libros jamás aprenderán a leer.

Muchos pensadores se refieren a la prudencia como una de las grandes virtudes del ser humano. Se trata de un valor difícil de forjar, que no se consigue por mera apariencia, sino que está intrínsecamente relacionado a la forma en la que se actúa en el día a día. Resulta harto difícil mantener la calma y tomarse un momento para reflexionar antes de adoptar una decisión. No por nada la mayoría de los errores que se cometen están íntimamente relacionados a la falta de prudencia. La precipitación, el doblegarse ante las emociones, el mal humor o el percibir de forma equivocada la realidad, son sin duda la cuna de innumerables desaciertos.

Esta es la mayor desgracia que ha caído sobre este país, un cúmulo de individuos mediocres, fuera por completo de la realidad, se permiten presentarse ante la opinión pública como los defensores de los derechos del pueblo. Es francamente una burla envuelta en democracia.

Sin embargo me voy a atrever a explicar aún más este concepto de la prudencia ya que como lo he planteado no creo que los brutos lo hayan estudiado.

Hasta la llegada de Aristóteles los grandes filósofos como Platón y Sócrates siempre habían hablado de la prudencia como un concepto equivalente a la sabiduría. O mejor dicho, que la prudencia no era otra cosa sino el reflejo de la sabiduría.  Aristóteles incluyó un nuevo matiz a esta línea de pensamiento. Según su planteamiento, la prudencia no es sólo una manifestación del conocimiento, es también la virtud propia de una de las partes del alma racional.

Creen Uds., que tales concepciones están aquilatadas en los representantes del pueblo, en sus salas de reuniones. A mi juicio su sola lectura los "trapica" de verdad.

Pero sigamos, mi interés no es que aprendan, es dejarlos al desnudo de su total y fatal ignorancia. Aristóteles no se refiere a la prudencia como una ciencia o un arte, sino que como explica en su obra Ética a Nicómaco, la prudencia es comprendida como una representación de lo correcto, lo lógico y real, exponiendo lo que está bien de aquello que no lo es. Por tanto, la prudencia se centra en los asuntos humanos, en la reflexión de aquellos aspectos sobre los que existe la posibilidad de llevar a cabo una deliberación. Y es que, tal como indica Aristóteles, lo que diferencia al individuo prudente del resto es esa afinada capacidad de deliberación que le lleva a discernir cuál es su mejor opción en todo momento

Así de simple, qué más puedo decir. Mi buen amigo creo que he sido claro, la fatal ignorancia es la que nos gobierna.

¡Que Dios se apiade de Chile!!!

"Mientras los necios deciden, los inteligentes deliberan"
(Plutarco)

.