08 de octubre, 2019

 

 

 

 

José Antonio Kast

En estos 18 meses hemos ha conocido la peor cara de una oposición que solo busca hacerle daño al país y a un Gobierno incapaz de ejercer con una minoría en el Congreso. Por eso es importante jugársela por ganar la próxima elección presidencial, pero más importante aún, ganar representantes para avanzar en las reformas y cambios que Chile requiere con urgencia.


En 18 meses de Gobierno, no hay reformas estructurales aprobadas ni un legado nítido que uno pueda configurar. El empleo sigue mostrando cifras preocupantes y la economía es una montaña rusa que, en el promedio, está debajo de las expectativas que se prometían al comenzar este mandato. La violencia en la Araucanía y la delincuencia en el resto del país siguen atormentando a millones de chilenos que simplemente no pueden vivir en paz. Si todo esto fuera poco, las tarifas de los servicios básicos suben, mientras estos no mejoran considerablemente la calidad de vida que le entregan a los usuarios. Luego del Consejo de Gabinete del pasado jueves, la vocera de Gobierno afirmó que, en la práctica, el segundo tiempo del Gobierno comenzaba. La pregunta inmediata que nos hacemos es: ¿Van a seguir jugando agarrados del arco para mantener el empate o van a salir a meter goles y ganarle a la izquierda por goleada?

Esa es la realidad del Gobierno hoy y, lamentablemente, las prioridades están enfocadas en hacer eventos internacionales como la APEC y la COP25, en seguir negociando con la oposición que no cede nada y en anunciar campañas comunicacionales para diversas iniciativas que poco y nada ayudan a rescatarlo de los malos índices de aprobación existentes.

Al frente la cosa no está mejor. El rival esta diezmado, sin ideas y sin un equipo ni líderes que puedan dar la pelea. La oposición simplemente no existe y, en privado, todos saben que la única alternativa que tienen es traerse del extranjero a la única jugadora que les va quedando, rogándole que deje el retiro de lado y asuma, una vez más, el liderazgo perdido de la izquierda.

No soy el técnico del equipo de Gobierno, pero si se quiere ganar el partido, hay que arriesgar muchísimo más. Si se sigue haciendo lo mismo, los resultados van a ser iguales y la probabilidad de perder al final es mucho mayor. Por lo pronto, hay que cambiar a algunos actores. El Comité Político está desgastado, falto de confianza y de iniciativa para enfrentar a la oposición. Hay ministros  que están cansados y que no tienen la fuerza necesaria para impulsar materias esenciales que se debaten con la oposición.

Pero el problema no es solo de forma, también de fondo. El Gobierno tiene que estar dispuesto a atacar con convicción y carácter a sus rivales, aunque pierda algunas jugadas. ¿Se perdió la reforma tributaria? ¿Se cayó la reforma de pensiones? No importa tanto si se clavaron ciertas banderas y la gente vio, clara y decididamente, a un Gobierno jugado por resolver los problemas frenado solo por el juego sucio del rival.

Al final del partido, no solo importa el resultado sino también cómo queda el equipo y cuáles son las posibilidades de ganar el próximo encuentro. En estos 18 meses hemos ha conocido la peor cara de una oposición que solo busca hacerle daño al país y a un Gobierno incapaz de ejercer con una minoría en el Congreso. Por eso es importante jugársela por ganar la próxima elección presidencial, pero más importante aún, ganar representantes para avanzar en las reformas y cambios que Chile requiere con urgencia.

 Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jose-antonio-kast-segundo-tiempo/

 

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