02-12-2019

 

 

 

 

Gonzalo Ibáñez Santamaría


En entrevista concedida al diario El Mercurio, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, hasta ahora del Frente Amplio, deja en claro cuáles son los propósitos de los movimientos subversivos y terroristas que han conmocionado al país durante las últimas semanas y de los cuales él forma parte muy activa y decisiva (*). Claramente, esos propósitos son los de sobrepasar la institucionalidad chilena para reemplazarla por una de carácter revolucionario que abra paso a la caída del país bajo la bota de un socialismo que todo hace prever como muy similar al que impera hoy en Venezuela. Es así como afirma “Creo que el Parlamento hoy carece de la legitimidad suficiente y necesaria para poder, como se ha querido decir presuntuosamente, cerrar este conflicto”. En reemplazo del Parlamento exige que entren a tomar las decisiones aquellas organizaciones “sociales” que han estado detrás del violentismo: “Que comience en Chile una conversación para construir un espacio legítimo de carácter social y ciudadano, de múltiples actores, para fijar un itinerario de salida a la crisis”.

Es la maniobra típica en este tipo de subversiones: negar legitimidad a las instituciones establecidas para reemplazarlas por otras que sean agentes de la subversión. No soy de los que cree que el Parlamento disponga de un poder total para hacer y deshacer en el país y que tengamos que obedecer a ciegas sus decisiones, pero en las circunstancias actuales no se ve ningún motivo para afirmar que ha perdido legitimidad. Tenemos a ese Parlamento precisamente para que a través de él se encauce el debate público y para que en él se adopten, en el marco de nuestra legalidad, las decisiones acerca de lo que se discute. Cuando, como lo hace Sharp, se niega su legitimidad, es para sacar el debate público de su ámbito propio para llevarlo a otro donde las decisiones queden a merced de la voluntad de determinados grupos que operan al margen de la institucionalidad legal y constitucional.

Actuando así, Sharp incurre en el delito de sedición, porque busca alterar de manera inconstitucional nuestro orden jurídico. En los hechos, sumir al país en la anarquía para, desde ahí, entregarlo junto a su población al designio de estos grupos. No es de extrañar esta actitud proviniendo de un sujeto que no ha vacilado, desde su cargo de alcalde, en sacrificar a Valparaíso a los designios totalitarios de su ideología.

Hay mucha gente que de muy buena fe se ha prestado para participar en esta subversión, creyendo que así va a alcanzar de manera más rápida y segura una respuesta positiva a demandas genuinamente sociales. Pero ya va quedando en completa evidencia el carácter subversivo y desquiciador que ella encierra. Ya nadie puede sinceramente llamarse a engaño acerca de su auténtico objetivo. Menos aún después de estas declaraciones de un agente de vandalismo como Jorge Sharp.

(*) https://digital.elmercurio.com/2019/12/01/C/DR3N2CCP…

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/?__tn__=K-R&eid=ARChxnPIY0L5kYRXwJsW3r5oymkwe1IfrVBrXyaitQHNfNPek44hH3CVMPENs9Rx2SC2rdyE-xG9VVCG&fref=mentions

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